2016

Enviado por: Li diciembre 12, 2016 No hay comentarios

«Lo hemos cogido a tiempo»

Esa siempre será la frase más importante de este año 2016. Ese día, en julio, que fui al médico a recoger los informes de anatomía patológica después de la operación y me dijo que todo había ido bien, pero que la cosa había sido más grave de lo que parecía en un primer momento. Y todo había empezado por una casualidad, por haberle preguntado yo a mi anterior gine si no me hacía una citología que no me tocaba. Me la hizo, salió todo mal y a partir de ahí 2016 se convirtió en otro año… Y yo me convertí en otra persona.

Después del carcinoma, la infertilidad sonaba bien, pero sobre todo porque significaba que lo otro estaba ya superado, por eso me lancé al vacío a la primera FIV casi sin pensarlo, sin saber de dónde íbamos a sacar el dinero, sin ser consciente de las pocas posibilidades que tengo de que salga bien, pero lo mío siempre han sido las huidas hacia adelante y esta, todo el tratamiento, ha sido una más. También me podía haber ido a otro país, como hice durante años, pero no es el momento.

Y este blog no quiere ser un diario de mi infertilidad ni de mis tratamientos porque esto tampoco sé si quiero contarlo. Este es el blog en el que escribo todas las cosas que no puedo decir en mi ‘otro’ blog, el que escribo con nombre y apellidos. Mi gente no sabe nada de la operación de este verano y muy pocos saben lo del tratamiento. Detectan que hablo menos, que me aíslo más, pero creen que simplemente es porque tengo mucho trabajo, que también es cierto.

Esto irá más sobre las dudas existenciales que me plantea la infertilidad que sobre los tratamientos en sí. Estoy a puntito de terminar los pinchazos de mi primera e infructuosa FIV y lo que más me ha dolido (además del pastizal, of course) han sido las dudas, las lágrimas, los remordimientos por haber sido feliz viviendo como me gustaba (y me sigue gustando) vivir.

Esto también irá sobre lo cruel que es hacerse mayor, pero mayor de verdad. Cuando empiezas la cuenta atrás para organizar tu fiesta de 40 cumpleaños y empiezas a mirar atrás. Por suerte, a mí mirar atrás solo me provoca sonrisas, excepto cuando la infertilidad me llena de dudas, pero esto es casi como volver a ser adolescente.

Y esto irá también de reírme un poco de mí misma porque gran parte de mi día a día, el que pasa entre informes, reuniones y cifras de ventas, es demasiado serio. Me flagelo mucho, pero es parte de mi forma de ser, como mis ovarios disfuncionales.

En fin, eso.

Autor: Li

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