Me quedé un poco a cuadros viendo el día de Nochevieja el anuncio nuevo del IVI porque servidora, además de infértil es imbécil y no tiene otra cosa que hacer el día 31 que mirar Twitter. Tuve la sensación de que una buena idea y un planteamiento valiente se habían quedado en nada. Me refiero a que la puta pregunta de ¿Vosotros para cuándo? es una patada en los cojones, lo que desata malas caras en comidas familiares o la enésima impertinencia de la típica eneamiga pluscuamperfecta de la universidad que lo hizo TODO antes que tú.
Y piensas: «joder, qué guay, se atreven con el tema de la preguntita». Me dio también por recordar mi repertorio de respuestas a esa pregunta. Las primeras eran inocentes porque dabas por hecho que la gente no tenía mala leche y que era normal al llevar poco casada o arrejuntada y bla bla bla. Luego cambiaron las circunstancias, mi cuerpo se puso farruco y eso hizo también que cambiaran mis argumentos. La eneamiga pluscuamperfecta de la universidad diría seguro que es la infertilidad la que me ha agriado el carácter y me ha hecho ser borde. Empecé por preguntar barbaridades más grandes tipo: ¿Y tú cuando vas a dejar de ser calvo? ¿Y tú cuánto cobras? y mi favorita ¿Y tú cuándo vas a dejar de hacer preguntas impertinentes?. Con eso, conseguí que me dejaran en paz, aunque siempre hay alguien que conoces desde hace poco que te la vuelve a lanzar.
Así que se te cae el alma a los pies cuando ves el anuncio completo y te das cuenta de que los afectados por la preguntita de marras van y contestan. Joder, si lo que tenemos que hacer es intentar que nadie sea lo suficientemente descerebrado como para seguir haciendo esas preguntas que hace la típica tía soltera de 90 años del pueblo cuando te ve el día de Navidad y también te dice que estás demasiado gorda o demasiado flaca.
Lo que quiero decir es que el anuncio parecía una cosa y es otra porque utiliza la pregunta que más asco, miedo y rabia nos da a las infértiles no para criticarla ni evitar que se siga haciendo, sino para normalizarla y legitimarla. Yo quiero ser natural con mi infertilidad y con mi(s) tratamiento(s), pero no quiero ser natural con algo que no quiero que me pregunten.
Y luego está el factor de hacer ver que todo parezca fácil y eso es normal cuando quieres captar clientes. Nada, empiezas el lunes, te preñas a la primera y con un tratamiento suavecito, todo rodado, les llevas la foto del bebé para decorar la clínica y si te he visto no me acuerdo. Pues tampoco es eso, coño. Yo recuerdo la primera vez que Mr G me contó de qué iba todo esto y joder, sonaba hasta bien, fácil y divertido. Luego me fue contando la letra pequeña y me pasé un fin de semana llorando sin parar de lo jodido que era todo. Pero nada, el lunes empiezas, te preñas, vas a otra cenita con bandeja verduritas y maridos barbudos y ya puedes permitirte tú hacer la puta pregunta a la tercera pareja, que pasaba por ahí.
A todo esto, que todo esto viene porque lo he comentado en Twitter y las reacciones a mi tweet y al vídeo valen más que un focus group, por si alguien quiere tomar nota.