Gloria

Gloria está a puntito de cumplir los 32 años y hace un par de semanas que tuvo a su primer bebé. Coincidimos en un proyecto de vez en cuando y tengo la sensación de que lleva embarazada desde siempre porque creo que lo contó a los cuatro vientos desde la primera falta. Y, si te pones en su lugar, tal vez sea completamente normal. Se había casado seis meses antes, prácticamente al primer intento se queda, tan joven… Lo contó porque era lo natural. Que fuera bien era lo natural.

Me da mucha envidia, pero de la sana, esa naturalidad y esa felicidad con la que la gente vive sus embarazos. Al fin y al cabo, todo acaba de empezar y, si no sale bien ahora, saldrá bien dentro de poco. Vivir el embarazo de Gloria alrededor ha sido un soplo de aire fresco: una embarazada que nunca ha ejercido de embarazada, que ha disfrutado y ha compartido su ilusión y su felicidad, que montó un doodle con un montón de gente para la selección previa de nombres.

Me senté ayer a regar las plantas y me pregunté por qué soy incapaz de disfrutarlo. Supongo que la respuesta es ese miedo a no tener más oportunidades nunca. Lo que más molaba de ser joven era la sensación de no tener nada que perder, de no romperse por nada, de que en el fondo nada ni nadie iba a poder contigo. No me arrepiento de haber intentado ser madre tan tarde porque las circunstancias han ido como han ido y arrepentirme sería sufrir innecesariamente, pero sí que me gustaría que alguien me chutara un poco de ese descaro de ser más joven, de esa mágica sensación de que todo va a salir bien.