Hace unas cuantas semanas que Vampirito, que era un niño que se hubiera ido con cualquiera, tiene ataques de mamitis por las noches. Todo empezó con el momento de irnos a la cama: lo llevaba su padre mientras yo me lavaba los dientes y esas cosas. Pero, de repente, empezó a llorarle a su padre sin parar hasta que yo llegaba. Eso nos obligó a tener que preparar toda la infraestructura antes para que el momento de drama fuera lo más breve posible.
Pero hace dos semanas tuve que salir sin el niño a última hora de la tarde y parte de la hora de cenar. La primera vez fue un miércoles, me fui sobre las 20 y dejé un biberón de leche materna. Cuando a las 21.30 y de camino a casa llamé a V padre para ver si quería algo, sólo oía llorar y llorar al bebé. Llegué, me lo puse al pecho y paró al momento. A los pocos días, tuve un evento por la noche al que V padre no quiso venir y volvió a pasar lo mismo. Al llegar a casa de madrugada, el bebé llorando en la cama y su padre casi desesperado. De nuevo, pecho, calma y a dormir. La última vez fue este sábado. Convencida de nuevo de que todo iría bien, me fui un par de horas a participar en una transmisión en directo en la tele local de un evento. Al terminar, de camino a casa llamé V padre y, de nuevo, la misma BSO que en las semanas anteriores: Vampirito llorando. Y de nuevo, llego a casa, niño al pecho y donde antes había sollozos, ahora son sonrisas.
La verdad es que el tema es bastante desesperante por muchas razones desde todos los puntos de vista. Primero por el niño, que aunque está perfectísimamente cuidado si yo no estoy, debe sentir algún tipo de abandono. Después por V padre, que tiene la sensación de que el niño no quiere estar con él y también por mí, porque no puedo ni tomarme una cerveza con mis amigas a última hora de la tarde que es cuando generalmente puede la gente que trabaja.
El tema solo pasa por la tarde-noche y, en general, no tengo ningún problema para dejar al bebé con las abuelas o con su padre si me voy a trabajar de día, pero es llegar la noche y transformarse. Anoche lo acostó de nuevo V padre mientras yo me lavaba los dientes y, una vez más, el niño se puso nervioso. Me metí en la cama a su lado y, solo con notar mi presencia, se calmó y volvió a sonreír.
¿Cuál es la solución? Desde luego, quedarme yo siempre con él no lo es. Ayer me perdí un concierto pero no me importa, ese no es el problema. El niño necesita sentirse bien y seguro con su padre y su padre necesita que el bebé se sienta bien y se sienta seguro con él. ¿Cómo lo vamos a hacer? Pues no tenemos ni p**a idea, pero lo más probable es que vayamos haciendo experimentos escondiéndome yo en la misma casa, a ver si eso funciona y poco a poco va empezando a estar bien y tranquilo cuando se queda con su padre al final del día.
Seguiremos informando (si me deja el curro, claro…)