…y lo celebro comiendo por primera vez delante del ordenador en el despacho en lugar de estar con él jugando
…y tengo la sensación de que ahora que él empieza a ser divertido, a farfullar sin parar y a querer jugar a todas horas, yo no tengo tiempo para él porque me pilla la vorágine de trabajo de todos los veranos
…y diría que cumple 5, no sé dónde se han ido los últimos meses de mi vida
…y sigo sin saber si hace las cosas ‘que tocan’ y en el momento ‘que toca’. Él grita, habla, no gatea, pega patadas, intenta reptar pero no se sale, se come perfectamente la fruta sin atragantarse y se toca el pito. Cuando va en pelotas, se toca el pito
…y a veces lo veo tan grande que me pregunto si me han congelado durante unos meses y me han vuelto a despertar sin avisarme. No puede crecer tan deprisa
…y ayer que fui a la Escuela Infantil a llevar unos papeles me di cuenta de lo cerca que estamos del año, del cole, de la casa nueva, de una vida que antes iba a otra velocidad
…y yo cumplo 40 dentro de ocho días. No me arrepiento de haber sido madre tan tarde, pero me da rabia pensar en las cosas de la vida de mi hijo que no veré nunca
…y aún sigo pensando que me dará un soponcio cuando quiera independizarse del colecho y eso que cada vez es más independiente y le mola más irse a su punta de la cuna, bien lejos de mí
…y ya le han cortado sus dos primeros dientecitos
…(con esta termino) y ya le hemos enseñado su casa nueva. Le intento explicar que si no puedo estar tanto tiempo con él como antes es porque él es más mayor y me va necesitando menos y nosotros necesitamos pagar la casa, la reforma, el cole… Que así es la vida y que no piense en eso, que está en edad de gritar, de llorar de risa y sí, de tocarse el pito non-stop