Sí, Víctor va a ir a la Escuela Infantil en septiembre. Estará a punto de cumplir un año y, una vez puestos, vamos a ir a topo: se quedará a comer. Cómo lo cuadraremos todo cuando empiece será otro tema. Por el momento, vamos a ver cómo hemos llegado hasta aquí
Necesario, no. Podía haber seguido dos años más con las abuelas, con rutinas locas, con el coche de un lado a otro y siendo una madre desquiciada porque ni hace bien el trabajo ni tampoco está todo el tiempo con su hijo. Además de facilitar la logística de nuestra familia y quitar obligaciones a las abuelas, pensamos que, tal como somos nosotros, es mejor que todos seamos un poco más independientes. Eso sí, si lo llevábamos, era con una serie de condiciones que son, al fin y al cabo, los criterios que nos han llevado a tomar la decisión. No son un orden determinado.
Pues privada, pero porque no hay más narices. A nosotros no nos dan plaza en una Escuela Infantil municipal por nuestros ingresos, así que hemos optado por una reconocida por Conselleria y hemos pedido el bono de ayuda, a ver qué nos dan. Eso sí, como Víctor irá luego a escuela pública, hemos elegido un centro que sigue las ideas de la escuela pública.
Me temo que no. Esa es la típica pregunta que nos ha hecho mucha gente. Como yo hablo inglés bien, mucha gente da por hecho que vamos a llevar al bebé a enseñanza en inglés. Pues nada más lejos de nuestras intenciones. Entre nosotros hablamos castellano. Yo al bebé le hablo en valenciano, igual que mis suegros. Mis padres en castellano, como VPadre. Así que como pensamos que tiene todos los números para acabar hablando en castellano en casa (si su padre y yo hablamos en castellano es lo normal), hemos decidido escolarizar en valenciano (venga, turno de lapidación abierto). Lo del inglés lo veremos más adelante, que el pobre solo tiene 9 meses.
Pues tampoco. Además, nos cambiaremos de casa durante el próximo curso y no tenía sentido elegir algo cómodo ahora pero que nos complique la vida luego. Así que nos la complicamos directamente eligiendo una escuela que no nos pilla precisamente a mano y hay que ir en coche a llevarle/recogerle (tienen bus). Eso sí, nos va de camino al trabajo. Algo es algo.
Nada de nada. Ni app para ver los menús ni calendarios compartidos. No nos apetece más tecnología ni en nuestra vida ni la del bebé porque, como con el inglés, llegará a su debido tiempo. Es una escuela que cumple 25 años, con patio, huerto, piscinita y una olivera para cantar canciones y contar cuentos.
Casera, este año con menús nuevos de una nutricionista especializada, con poco azúcar y BLW friendly.
Por suerte, nos habían hablado de la que escogimos (La Lluna), fuimos a la jornada de puertas abiertas y fue un flechazo. Lo del menú nuevo y el BLW friendly es bastante novedad y nos enteramos en la reunión de principio de curso. Hasta aquí la teoría, veremos cómo va la práctica.
Por supuesto, estas son mis opciones. Me parece genial que la gente decida escolarizar a sus hijos en inglés, en mandarín o en sueco. Me parece igualmente genial que otras familias elijan la privada, la tecnología y la comodidad, exactamente igual que me parece fantástico que otras personas decidan no ir a la Escuela Infantil. Como siempre digo, aquí no se juzga a nadie, todos hacemos lo mejor para nuestros hijos.
PUes bien hecho, coñe ya. Con el inglés hay gente que se vuelve majara, ¡ya tendrá tiempo para aprenderlo! y soy de la opinión que las cosas, de una en una… primero que aprenda bien castellano y valenciano, y el resto, pues ya vendrá.
A mi también me gustaría apuntarlo a una llar d’infants (como lo llaman por aquí) o guardería como lo llamo yo, pero con la cardiopatía de Guillem, ya nos advirtieron que hasta los dos años (y hasta los tres, si podíamos), nada de relacionarse con otros niñ@s para evitar enfermedades pulmonares (bronquitis, neumonia…).
Ya sé que te gusta pasar tiempo con él, pero qué libertad y tranquilidad saber que él estará bien atendido y tu podrás hacer tu trabajo e incluso, si los astros se alinean, tener algo de tiempo libre!!! A mi me das envidia, no te lo voy a negar, y cuando lo vayas a recoger te lo comerás a besos (lo mejor del tiempo que estoy en el curro es eso: paso las suficientes horas fuera de casa como para echarle de menos y querer estar con él cuando llego a casa)
Ya tengo ganas de leer futuros posts tuyos hablando de la flora y fauna (padres y madres) de la guardería… seguro que tendrás las mil y una anécdotas!
[…] en cuenta prácticamente los mismos criterios que cuando elegimos la escuela infantil excepto uno: nuestra comodidad. Cuando escogimos la escuela infantil sabíamos que no era […]