Creo que todas las dudas que tenía respecto a si quiero ser madre o no desaparecieron cuando me llamó una señora bastante maja ayer por la mañana y en una conversación de 39 segundos me dijo que de mis dos óvulos uno estaba maduro y que había fecundado correctamente. Me dijo que no volvería a saber nada hasta el miércoles porque como en teoría le tienen que hacer dgp, no me dirán nada hasta saber si ha llegado a blastocisto y si ha superado el rollo ese de que le quiten una célula. Dije que lo de ser madre sería una carrera de fondo pero es peor aún, es subir el Everest.
Sigo sin tener ninguna fe en que mi ovulillo fecundado llegue hasta la meta, pero ya me sorprende haber llegado tan lejos con mis dos folículos y mis pocas expectativas. Mi marido y yo hemos sido capaces de llegar hasta un óvulo fecundado correctamente y eso, a día de hoy, ya era inimaginable. Y no voy a decir que empiece a tener fe, pero sí a pensar que, a lo mejor, con el tiempo lo conseguimos.
Tener un óvulo fecundado es lo más cerca que he estado de ser madre y la sensación me ha gustado más de lo que pensaba. Todo esto lo digo sabiendo que es una gilipollez, que hay gente que tiene como 15 embriones congelados y que yo, con uno solo, podría estar llorando desconsoladamente en mi casa pensando que todo ha salido mal. Tal vez todo haya salido mal, mi cuerpo no ha producido más folículos, pero al menos sé que todo esto sí que se parece mínimamente a lo que quiero. Solo me habrá costado 6.000€ darme cuenta de que sí que quiero ser madre. Así de práctica que es una.
(La foto es de un día que comí con mi sr marido justo después de ir a control)