El sueño es siempre uno de los grandes temas de la maternidad y yo, hasta ahora, no me podía quejar. No es que mi hijo sea de los que duerme del tirón de 21 a 9h, sino que mi cuerpo se ha portado muy bien y ha sido capaz de ir adaptándose a las etapas y al sueño de mi hijo, es decir, a sueño interrumpido cada dos por tres.
Víctor estaba atravesando una etapa horrible, con despertares constantes durante la noche, enganches brutales al pecho y raves de madrugada. Que es normal y tal, pero cuando no es a lo que estás acostumbrada, es una pequeña catástrofe. Nos hemos planteado qué hacer y cómo hacerlo varias veces e incluso lancé la pregunta en Twitter, pero la mayor parte de las experiencias que me ibais contando no puedo aplicarlas en nuestro caso por algún motivo, así que nos toca buscar nuestro propio camino.
El momento actual
Cuando duerme bien, Víctor duerme en su cuna de colecho y solo se acerca a mí una o dos veces si quiere pecho. Hay noches que no toma prácticamente nada, otras que ha cenado menos y come más. Puede llegar a dormir 6 ó 7 horas del tirón sin problemas y, cuando está bien, sus despertares suelen ser breves, da la sensación de que por pesadillas. Eso, cuando está bien y siempre digo que si pilla una buena seguida de tres meses de buen sueño y sin virus, se destetará solo.
La autonomía
Empiezo a necesitar un poco de vida nocturna, que mi lumbar empiece a recuperarse y una serie de cosas y, dado el estado de locura que llevaba Víctor, me estaba planteando medidas drásticas como sacarlo de la habitación, pero ahora mismo sería un error. Ahora mismo parece que la cosa vuelve a su cauce ya no tengo esa necesidad urgente de moverlo.
La casa nueva
Ahí llegan los problemas. En la casa nueva no nos cabe su cuna en modo colecho porque nos impediría abrir la puerta. Nuestro dormitorio no es precisamente grande. A Víctor no le sientan bien los cambios y en la reunión de la Escoleta, su maestra nos recomendó dosificarle los cambios por lo que descartamos totalmente que su ‘independencia’ coincida con la casa nueva. Tampoco sabemos cuándo nos podremos trasladar a la casa nueva, así que ahora mismo estamos en periodo de pruebas.
Ahora
Mi teoría era que Víctor estaba durmiendo fatal porque, entre vacaciones, fiestas y bronquitis, sus rutinas se habían ido a la mierda. Además, algunos días dormía algo por la tarde. Decidí que nada de siestas vespertinas a pesar de la opinión de los abuelos y decidí ser la mala de la película que el fin de semana le mantiene los horarios que lleva de lunes a viernes. Nada de comer con los mayores, nada de siesta con los mayores.
Soy muy mala pero el niño vuelve a dormir bien y su padre y yo volvemos a ser adultos funcionales y no dos gremlins somnolientos y estresados. Hay momentos complicados, como a partir de las 18 o así, que me toca llevarme al niño a la plaza porque en casa solo quiere estar al bracito y que le ponga canciones del Mic, pero estamos saliendo victoriosos de esta. A las 19.30-19.45 al baño y luego cenamos todos juntos. Muchos días a las 21 ya duerme y aguanta hasta las 6.30 o las 7, que tampoco es tan catastrófico
¿Y luego?
Pues en esas estamos. Hemos comprado una barrera para la cuna de colecho con la idea de independizarlo pero sin ponerle barrotes, sino dejándola todo lo bajita que podamos para que pueda salirse sin problemas. En la casa nueva le pondremos una cama de mayor a ras de suelo y su cuna en nuestra habitación y veremos qué pasa. Desde que hemos puesto en marcha este plan de choque con los horarios es él el que nos pide que le llevemos a la cama cuando está cansado, sobre las 21h, así que hay algo de esperanza
Seguiremos informando
(La foto es de esta semana, una de esas tardes de lucha contra el sueño camino de la plaza)