Querido hijo… Antes que nada, perdona. Me voy a pasar media vida pidiéndote perdón hasta por los crímenes del nazismo porque yo soy así, no te lo tomes como algo personal. Pero ahora, que apenas nos conocemos, me siento obligada a justificarme y a pedirte perdón por no ajustarme a las expectativas que probablemente hubieras...