En serio, yo pretendía hacer un post sobre nuestras impresiones del primer año de Escoleta de Víctor pero un verano infernal de curro y una mudanza diabólica se cruzaron en mi camino. Total, que se nos ha juntado el balance del curso anterior con el inicio de este. ¿Explotará el blog? Posiblemente, pero lo intentaremos*.
El año 1 terminó en junio, pero nosotros alargamos a julio con la Escola d’Estiu… ¡Y vaya acierto! Mi balance de todo no sería el mismo si lo dejara en junio. Seguiría siendo muy bueno, pero no sabemos si fue por pura evolución o por haberse visto en petit comité, pero el caso es que Víctor por fin ha sido en la Escoleta como es el casa. ¡Solo le ha costado 11 mesecitos de nada!
Hace más de un año hice un post explicando por qué habíamos elegido la escuela que habíamos elegido, sabiendo que iba a ser un porculo total cruzarnos la ciudad para dejar al niño y ahora veo que acertamos totalmente con las razones. Todo lo que esperábamos de esa escuela se ha cumplido perfectamente. Si tengo que destacar 5 cosas (aquí no hay plural porque Víctor no se entera tanto de este tema), son estas (sin orden específico):
Así que con toda esta experiencia tan positiva del pasado año nos plantamos en el segundo curso. Ahora son ‘la classe dels grans’ y estos bebés que apenas gateaban hace un año (son casi todos de final de año) se están convirtiendo en niños y niñas pequeños que no paran quietos. Veremos cómo se nos da este curso. Por el momento, la adaptación no está teniendo nada que ver: el niño feliz y contento desde el primer día. Cruzaremos los dedos.
Solo un ‘pero’. Me da, por conversaciones desde final del curso pasado y primeros de este, que este año casi va más de pensar en elegir colegio que de disfrutar el presente. Y yo no quiero pensar en que mi bebé se haga (aún) más mayor
En la foto, Víctor y el arenero, otro de esos romances…
*Es una maravilla no preocuparme por el SEO y hacer el primer párrafo con lo que me dé la gana, no un rolo introductorio trufado de keywords. I feel free….