Siete años ya (me acaba de salir otra docena de canas mientras lo escribía).
Siete años es la edad perfecta para empezar a entender cosas sin querer comprenderlo todo aún (tú un poco sí), así que tal vez sea el momento de decirte que estamos muy orgullosos de ti con tus luces (de neón, multicolores y con efectos estroboscópicos) y con tus sombras, que las hay (y muchas) en forma de ataques incontrolados de Chuckysmo.
Estamos muy orgullosos de ti y tal vez no sea por las razones que tú te esperas. Para empezar, nos alucina tu asertividad y tu capacidad para no dejarte llevar, sea para bien o para mal. Tienes muy claro lo que quieres y lo que no, lo que te interesa y lo que no y, por el momento (veremos en la adolescencia), si los demás deciden tirarse por un puente, tú te sientas a intentar adivinar quién tocará antes el suelo.
Pero, al mismo tiempo, nos flipa tu lealtad con tus amigos y tus amigas. Has sido capaz de enfrentarte a otros niños para defender a tus amigos y, aunque ha costado, tienes clarísimo que, en caso de conflicto, es mejor siempre buscar a una persona adulta.
Nos fascina tu capacidad para seguir fabricando ideas a todas horas, aunque no sea el momento, aunque te digamos que eso ya está inventado, aunque esas ideas locas que vienen a destiempo a veces te saquen de la tarea que estabas haciendo. No dejes nunca de seguir inventando y de seguir haciendo las cosas a tu manera, aunque a veces te cueste entender que esa manera no siempre es la correcta o la adecuada.
Te encanta tener ideas y te encanta aprender, aunque no necesariamente estudiar. Cada día aprenderías 200 millones de cosas diferentes que no tienen nada que ver con lo que tienes que hacer en el cole, pero vas entendiendo que algunas cosas, aunque no te gusten nada, las tienes que hacer. También por eso estamos orgullosos de ti, aunque al mismo tiempo esperamos que el sistema cambie antes de domesticarte demasiado.
Nos sorprende tu capacidad de adaptarte a las personas y a las situaciones. Sabemos que a veces las cosas que te interesan no se parecen en nada a las que interesan a tus amigos, pero sabes encontrar puntos de unión con ellos y ellas y sabes buscar a las personas (generalmente adultas) que te van a escuchar con tus otras inquietudes. Incluso hablas de forma diferente según con quien estés. A lo mejor es por ese espíritu camaleónico que ahora te encanta David Bowie,
Y nos enorgullece que te definas como un niño alegre y normal porque eso es lo que esperamos de ti: que seas feliz, que seas humilde y que sigas disfrutando de las pequeñas cosas y de todo lo que te enseñan.
Feliz cumple